martes, 18 de diciembre de 2007

La economía doméstica y nacional

En Navidad, conejo confitado


Desde hace varios días está en todos los Telediarios la precampaña. El tema de debate: el baloncesto, o de cómo echar balones fuera sobre los problemas reales de España. Cuando salta a la vista que la economía nacional se encuentra en un periodo de estanflación, desde el partido en el Gobierno se comienza el debate de si comer pollo o conejo. O si la noticia del aborto, por la ausencia de una legislación real sobre la interrupción del embarazo.


Sin embargo, lejos queda la memoria de las noticias de la excesiva inflación gubernamental (que no la real), los increibles datos del paro, o la manipulación de los precios de alimentos básicos como la leche o el pan. La memoria colectiva únicamente consume a diario aquello que ofrecen los medios de comunicación, y si hoy es el petróleo o la última cacicada de Chavez (o Chaves?), mañana puede ser el nivel del mar.


Estos políticos nos están tomando por el pito del sereno, porque tienen asumido que la inteligencia colectiva está aborregada, y por lo tanto, no quieren definir problemas reales de la sociedad, y que en cuatro años de legislatura no se han resuelto los problemas de fondo, sino que ha sido en todo momento una política continuista.


Echando la vista atrás, vuelvo a revisar de mis notas el programa electoral del PSOE para las elecciones generales del 2004, y miro con desánimo que éste no se ha cumplido, ni en sus factores económicos, educativos, sociales, culturales, ni europeos. De hecho, los debates no han hecho más que girar en pequeñas anécdotas producidas en el curso normal de las personas humanas. En este 2007 a punto de terminar, si eliminamos el alza de precios de productos básicos (pan, leche, huevos, lácteos y carne), el precio del petróleo, la crisis subprime en USA, y el cheque bebé, la lectura que se realiza como resumen del año es mas bien pobre.


Para 2008, esperemos que el debate político se centre en la política con mayúsculas, y desde UPyD esperamos que estemos presentes para debatir no solo sobre la reforma constitucional, la laicidad del Estado o la optimización de los recursos públicos (solidaridad entre Autonomías y recuperación de competencias demostradas ineficaces como modelo), sino también para abrir el debate de la Reforma Electoral, reforzar una calidad educativa que año tras año es espoleada por el informe PISA, una regeneración democrática real y un debate político cercano al ciudadano, medidas para combatir el terrorismo desde el Estado de Derecho, fuertes medidas económicas y sociales, recuperar un lugar en la política internacional perdido durante estos años atrás, y enfrentarnos al problema medioambiental del cambio climático.


Finalmente, no quisiera despedirme sin recordar que quedan exactamente 82 días para las elecciones del 9 de marzo, pero más cercano aún está la presentación pública del partido en Zaragoza, en dos días, donde acudirá Rosa Díez, una persona excelente en palabra y en política, como su trayectoria ha demostrado.

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