CIUDAD "MODERNISTA"

De nuevo, vergonzosa la actuación de este Ayuntamiento que está llevando a la ruina a la ciudad de Huesca. La rubrica del convenio de las harineras es la última bajada de pantalones de los partidos políticos que componen el ayuntamiento respecto a los especuladores que han convertido a Huesca en una ciudad manejada a su antojo haciendo y deshaciendo como mejor les conviene, con la complicidad de los políticos que integran el Ayuntamiento.la aprobación del convenio va a permitir la creación de una ciudad dentro de la ciudad, una ciudad “modernista” con rascacielos que rompen la estética de Huesca, pero que nos venden como la entrada en las ciudades futuristas del siglo XXI; gente enlatada como sardinas en edificios autónomos.

Las 1400 viviendas que se van a construir en una superficie de 8 has. Van a suponer un aumento de la población de Huesca en unos 3000 – 3500 habitantes, en una ciudad que no dispone de la oferta de trabajo suficiente para asumir este aumento. Hacemos las cosas al revés, primero traemos a la gente y luego buscamos empresas que se quieran instalar en la ciudad, cosa que tal y como está la economía hoy por hoy es algo más que improbable de lograr. Entonces, ¿A quién va destinada tanta vivienda?, digamos que a gente de fuera de la ciudad que aprovechara las infraestructuras del AVE y del AEROPUERTO para desplazarse fuera a trabajar, ¿No recuerda esto a lo sucedido en Toledo y Ciudad Real? Porque entonces no admite el Ayuntamiento que lo que pretende es convertir a Huesca en una ciudad dormitorio, donde la juventud no tendrá futuro y tendrá que emigrar para buscar trabajo. Después de tantos años con el problema del polígono de las harineras Porque se han dado tanta prisa en solucionarlo y otra zona de Huesca como es el fosal de los moros esta enclaustrado desde hace tiempo y no le buscan una solución, ¿será porque esta zona es propiedad de particulares y no de especuladores?, entonces ¿Qué oscuras razones se ocultan tras la firma de este convenio por parte de PSOE, PAR, IU Y PP?

Del PSOE, nos la podemos imaginar, porque la política del señor Elboj en los años que lleva como alcalde, es de sobra conocida, complicidad con los especuladores que se han ido enriqueciendo a consta del sudor de los Oscenses. El señor Elboj va a dejar una ciudad sumida en la más absoluta miseria económica, con la mas que lamentable gestión que está llevando a cabo, habiendo hipotecado el futuro de la ciudad durante muchos años, haciendo un uso desmesurado de un dinero que no es suyo, para hacer obras si talento que el único sentido que tienen es el de hacerse una foto para el recuerdo. Si no, cómo se explica que una obra como el palacio de congresos pase de los 7 a los 35 millones de euros como nada. Gracias a este tipo de actuaciones hemos asistido a una dictadura por parte del señor Elboj en la que ha hecho lo que le ha dado la gana, en la que los Oscenses hemos tenido que callar mientras hacía y deshacía a su antojo, hasta que la justicia ha empezado a darnos la razón con los innumerables juicios que está perdiendo el Ayuntamiento frente a unos ciudadanos que están hartos de su política. ¿Y a que nos va a llevar todo esto?, a que ahora los oscenses vamos a ver como la construcción de nuevos colegios, guarderías, etc... Obras que son realmente necesarias, no se van a poder llevar a cabo al no disponer el ayuntamiento de los fondos necesarios, y la única solución será la subida de los impuestos municipales para compensar estas pérdidas, subidas que nos venderán como necesarias por la “mejora” de la calidad de vida de los Oscenses y lo peor es que nos mandaran callar porque los ciudadanos no tienen ni la menor idea de los gastos que conlleva el mantenimiento de una ciudad “MODERNA” del siglo XXI.

Lamentable la actuación del señor Elboj que cuando ha visto peligrar su puesto de alcalde se ha presentado a senador para seguir chupando del bote, o quizás, para cubrirse las espaldas anta la que se le puede venir encima cuando abandone el Ayuntamiento y salga a la luz el más que posible agujero económico que debe haber en las arcas municipales, que a los Oscenses nos va constar sangre y sudor taparlo. Lo mejor que podría hacer por esta “su” ciudad seria dejar ya la alcaldía y marcharse a su sillón en el senado, porque los 3 años que le quedan como alcalde y con esta política, pueden dejar a la ciudad hundida y sin capacidad de desarrollo de por vida.

Desde UPyD nos oponemos a la firma del convenio y vamos a presentar las alegaciones que sean necesarias.

Por último, darle las gracias al señor Elboj como profesor que es, por la lección política que nos ha dado a la gente que componemos este nuevo partido, de cómo no hay que hacer las cosas. La mayoría de los que formamos este partido tenemos nula experiencia política pero tenemos unas ganas tremendas por luchar contra estos políticos que solo miran por si mismos sin importarles más que su propio beneficio, dejando a un lado a un pueblo que es quien les paga y que parece que tenga que estar a su servicio, sin escuchar lo que quiere o lo que tiene que decir.

Ricardo Herrero.

Miembro de UPyD en Huesca.

CAMBIAR EL "SKY LINE"

http://www.heraldo.es/index.php/mod.noticias/mem.detalle/idnoticia.9849

Una ciudad se reconoce básicamente por su perfil, por el dibujo que su arquitectura deja en el cielo. Incluso una ciudad pequeña, como Huesca, se reconoce en la lejanía por el broche secular de la catedral coronando el cerro, recortada sobre todos los horizontes. Salvo cuando se llega a la ciudad por el Oeste, y se impone la amorfa masa de la Avenida Pirineos, desgraciado fruto de un modelo de urbanismo que creíamos superado.

Decimos "creíamos", porque la solución dada al "Polígono de las Harineras" por parte del Ayuntamiento, supone retroceder a un modelo constructivo en el cual la cantidad y, sobre todo la verticalidad modifican todo el perfil de la ciudad, en este caso, desde todas sus perspectivas. El problema no es solo estético, cabría la posibilidad de opinar sobre ello, sino que este cambio fundamental acarrea la vuelta a un modelo especulativo propio de otras épocas. 82.000 metros cuadrados dando soporte a 1300 viviendas, sólo pueden sustentarse en torres que suponen muros dado el parco terreno en que se acumulan. Ver el proyecto en su conjunto supone no dejarse llevar por el espejismo de las dos fálicas torres de 17 pisos, sino por el efecto "muro" de las otras cinco proyectadas a prácticamente la misma altura, y por todo el acúmulo constructivo que precisa un número tan elevado de viviendas.

Una ciudad como Huesca, sin una necesidad desmesurada por crecer dada la carencia de proyectos industriales o de servicios que modifiquen de forma espectacular su población, no precisa un laboratorio para crear una "nueva ciudad" como continuidad de la vieja ciudad que ha sido y sigue siendo. No hay ni siquiera un proyecto serio de constituirse en una ciudad dormitorio de Zaragoza, que podría ser una oportunidad si se potencian adecuadamente los transportes entre ambas ciudades. La única urgencia para realizar un proyecto sin sentido deviene de la capacidad especuladora de un modelo que periclita y de un Ayuntamiento dispuesto a convertirse en "conseguidor" de intereses nada genuinamente populares.

El Ayuntamiento ha llegado a un convenio con las empresas harineras, en el que ha colocado el proceso especulativo en cabeza, justificación para el precio que ha pagado y ha envuelto con la palabra de moda, "modernidad" el despropósito especulativo que supone volver a modelos superados. Con prisas, con escasa información y con nula discusión ciudadana, pero con la envoltura de lo "moderno" como reclamo que haga olvidar el proceso carente de espíritu democrático y concejil que ha parido el "Polígono de las Harineras".

Las necesidades poco confesables de la Alcaldía han dado lugar a un proyecto antiguo, especulativo, afuncional por su carga demográfica, carísimo para los oscenses, obligados en solitario a asumir los gastos que se derivan del traslado de las industrias harineras. No es menos desdeñable el impacto estético. Modifica de forma dramática el "sky line" de la ciudad, que ya no tendrá referencia en la frágil silueta de la catedral sobre el cerro de la ciudad prerromana, sino en la silueta de una ciudad impersonal, amorfa, destinada a creer que la construcción de un "down town" por decreto será la confirmación de la entrada de Huesca en la posmodernidad.

El "Polígono de las Harineras" no es solo responsabilidad de los grupos municipales que han aprobado el proyecto. Es también la prueba de un fracaso colectivo, de la falta de respuesta ciudadana a una alcaldada, de la fragilidad de las entidades vecinales. Una prueba más de la necesidad de una amplia, urgente regeneración democrática. Un proyecto que cambiará el horizonte de la ciudad y que condicionará su futuro económico, exige un amplio diálogo ciudadano, un consenso que va mas allá de la aprobación de los grupos políticos municipales. Lo legítimo no debe hacernos olvidar que no siempre se corresponde con lo justo, y mucho menos con lo conveniente.

Miguel Ángel de Uña.

Portavoz de UPyD en Huesca.

Reunión en Huesca

En UPyD Huesca se sigue trabajando. Por ello se convoca a militantes y simpatizantes de Unión, Progreso y Democracia en Huesca para tratar las próximas actuaciones que se realizarán a nivel local.

Lugar: Centro cultural El Matadero
Fecha y Hora: martes 27 de mayo a las 20:30.

Nuevo atentado

En pleno proceso de creación de la organización en UPyD en Aragón, estamos asistiendo de manera más violenta que nunca a una serie de atentados y actos terroristas que invaden nuestras entrañas. Respecto a la bomba de ayer noche en Getxo, no hay palabras para describir cómo el imperio del terror quiere sobreponerse a la tranquilidad de unas gentes cuyo trabajo es principalmente impulsar económica y políticamente la actual Euskadi.

Sin duda, a los grandes pensadores de la banda terrorista, les "mola" aparecer en los medios de comunicación, apareciendo en portadas, noticias, e incluso las tan televisivas o radiofónicas tertulias. Ese es el objetivo, que el problema vasco no pase desapercibido. Y si encima se puede meter miedo a un colectivo, pues ya está todo dicho.

Personalmente supongo que la unidad frente a estos (parece que ya es un clamor popular) puede ser la única manera de acabar DE UNA VEZ con esta banda que creció a la sombra del FRANQUISMO y que no ha sabido dónde llegar.

¿Cuestión de principios o de poder?

En política, ¿qué es lo más importante? ¿Ganar o participar?

La respuesta depende, lógicamente, de qué entendamos por política.

Si entendemos la política como la herramienta que permite que la pluralidad de opiniones de los ciudadanos se vea representada, y así formen parte en la toma conjunta de decisiones, entonces, estaremos de acuerdo en que los partidos políticos deberán dejar de lado estrategias electorales y centrarse en la defensa de su ideario, su programa y tratar de convencer con el mismo a los votantes, sin importar si eso se traduce en buenos o malos resultados en las urnas. Desde esta concepción “estéril” de la política, la mejor victoria es poder defender una serie de valores, y permitir el buen funcionamiento del sistema y el pluralismo político.

Sin embargo, si entendemos la política como un instrumento de poder, mediante el cual, gracias a los resultados electorales, se puede ejercer un férreo control de la sociedad y garantizar el pan a numerosos cargos de confianza, entonces, no nos temblará la voz al exclamar que lo importante en política es ganar. ¿A qué precio? Eso será lo de menos, puesto que asumiremos que las ideas no dan para comer, y los votos sí, y bastante bien, la verdad.

Por desgracia, como habrán comprobado, en España padecemos con extraordinaria gravedad las consecuencias de esta segunda tesis, y numerosos ejemplos lo demuestran: desde aquellos que han hecho de la política su profesión (garantizando su perpetuidad desde sus propios cargos), hasta los que han renunciado a sus convicciones y mantienen la boca cerrada por aquello de la disciplina de partido, pasando por quienes cambian radicalmente de opinión jugando siempre a caballo ganador.

No cabe duda alguna de que sucedió en su momento en el PSOE, tras alcanzar Rodríguez Zapatero la Secretaría General por un escaso margen sobre José Bono (poco tiene que ver el PSOE de ahora con el de hace una década), y va a suceder ahora en el PP durante su reconstrucción en búsqueda de nuevas posturas más rentables desde un punto de vista electoral.

Durante la pasada legislatura, Rosa Díez expresó reiteradamente su desacuerdo con la política antiterrorista y territorial (entre otras) de Rodríguez Zapatero, y, a consecuencia de ello, fue sometida a la marginación dentro de su propio partido, hasta tal punto que decidió marcharse, renunciando a su sueldo de eurodiputada, para iniciar una nueva aventura política con UPyD, dedicando tiempo y dinero a defender sus convicciones sin ninguna garantía de éxito.

Ahora, en el PP, ese amago por parte de la dirección del partido de mostrarse cercano ante determinados partidos nacionalistas no tiene otro objetivo que el de poder alcanzar el gobierno gracias a ellos (como ya sucedió en 1996), ya que, a falta de una inalcanzable mayoría absoluta, serán la llave para acceder a la Moncloa.

María San Gil no renunciará a su firme lucha contra el terror, acercando posturas con el PNV de Ibarretxe (que aprovecha cada atentado de ETA para publicitar su discurso nacionalista), sólo porque ello pueda permitir al PP llegar al poder. Es, como Díez, una política de principios.

El PP deberá escoger entre mantener sus propias convicciones o adaptar las mismas al gusto de los electores. Posiblemente triunfará de nuevo la estrategia electoral.

Es lo que sucede cuando en los partidos prima su concepción “empresarial” sobre su función “política”.

Muchos “políticos” (y el entrecomillado, bien grande) dependen de tales resultados.

Pablo Ochoa Castillo. 15-5-2008